Email Soft Bounce vs Hard Bounce – ¿Cuál es la diferencia?

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Email Soft Bounce vs Hard Bounce – ¿Cuál es la diferencia?

Puede que te hayas encontrado con mensajes como «No se ha podido entregar tu correo electrónico». Pero, ¿por qué ocurre?

Hay varias razones por las que tu correo electrónico puede rebotar, aunque creas que lo has configurado todo correctamente. Circunstancias ajenas a tu control hacen que los correos electrónicos se devuelvan en cuestión de segundos, aunque algunas puedan ser culpa tuya.

En este artículo hablaremos de las diferencias entre rebotes duros y blandos, que son métricas cruciales que debes controlar en tus campañas de marketing por correo electrónico. Sigue leyendo para saber más.

¿Qué es un correo electrónico rebotado?

Un mensaje de correo electrónico rechazado por el servidor de correo electrónico del destinatario se denomina «correo electrónico rebotado» o simplemente «rebote». Cuando un correo electrónico rebota, indica que el destinatario previsto no lo recibió por algún motivo.

Hay dos tipos de emails rebotados: rebotes duros y rebotes blandos.

Un rebote duro indica que una dirección de correo electrónico está indefinidamente inactiva y no debe utilizarse para enviar o recibir mensajes. Mientras tanto, un rebote suave está causado temporalmente por una interrupción del servidor o una bandeja de entrada abarrotada. La mayoría de los proveedores de servicios de correo electrónico designan los rebotes suaves como rebotes duros después de tres envíos fallidos.

Rebote Duro vs. Rebote Blando: ¿Cuáles son las diferencias?

Rebote suave

Un rebote suave se produce cuando una campaña de correo electrónico llega al servidor de correo del destinatario, indicando que se ha identificado tu dirección de correo electrónico. Aun así, el mensaje rebota como no entregable antes de llegar al buzón del destinatario.

5 causas de los rebotes blandos

1. Tu correo electrónico está en la lista gris

Greylist es un filtro particular de SPAM que impide la entrega de correo electrónico durante un breve periodo de tiempo (quizás 900 segundos o menos). El servidor enviará otra solicitud y completará el procedimiento de distribución transcurrido el tiempo requerido.

2. El mensaje es demasiado grande

Los mensajes individuales suelen estar sujetos a limitaciones, igual que los buzones de correo tienen límites de capacidad. Además, mientras que tus servidores de salida pueden permitir correos con archivos adjuntos enormes, esto sólo ocurre a veces con los ISP.

Si un mensaje no puede transmitirse debido a su tamaño, muchos ESP lo reenviarán en un plazo determinado (a menudo durante muchos días). Sin embargo, lo denegarán si no lo entregan para entonces.

3. Servidor temporalmente sobrecargado

Otro caso poco frecuente es que demasiada demanda concurrente en el servidor que gestiona la entrega de correos electrónicos pueda provocar ocasionalmente que algunos correos reboten.

4. Fallo DNS

El fallo del Sistema de Nombres de Dominio (DNS) se produce cuando el servidor de correo electrónico de tu cliente no puede entregar tu correo electrónico debido a dificultades con el DNS. Este problema puede ser a corto plazo o no. Un error tipográfico durante la configuración, un dominio de destino no válido o un servidor de correo caído son posibles causas del problema.

Por ejemplo, los servidores DNS pueden fallar ocasionalmente o desconectarse. Puede que hayan desconectado el centro de datos del servicio de Internet. Normalmente, solucionan estos problemas con relativa rapidez, aunque pueden tardar más en determinados dominios y servidores.

5. Baja reputación del remitente

Por último, debes examinar más a fondo la puntuación de reputación del correo electrónico si no hay archivos adjuntos visibles, activadores de políticas u otras dificultades de entregabilidad y los mensajes siguen rebotando.

Los proveedores de servicios de Internet (ISP) evalúan las direcciones en función de su puntuación de reputación. La entregabilidad del correo electrónico es probablemente excelente si recibe una calificación «Regular» o «Buena», con un mínimo de rebotes involuntarios debidos a las actividades de los destinatarios.

Sin embargo, si tienes una puntuación de reputación «Baja», muchos de tus mensajes no llegarán a la bandeja de entrada del lector. Para evitarlo, calienta la IP antes de lanzar una campaña completa. Este hábito aumenta tu puntuación de reputación y reduce las tasas de rebote.

Rebote duro

Un rebote duro denota una razón recurrente por la que no se puede entregar un correo electrónico. Normalmente, las direcciones de correo electrónico rebotadas se eliminan automática e instantáneamente de tu audiencia. Tu capacidad de entrega puede estar en peligro si tienes muchas direcciones de correo electrónico rebotadas en tu lista, ya que los filtros de spam pueden clasificarlas como sospechosas.

4 causas de los rebotes duros

1. Correo electrónico desconocido

Un correo electrónico puede rebotar si no se puede localizar la dirección de correo electrónico del destinatario. El problema puede expresarse de varias formas en el informe de no entrega, como por ejemplo

«Ninguna bandeja de entrada coincide con el nombre».

«No existe tal usuario».

«No se puede contactar con el destinatario que has indicado».

Los ejemplos anteriores demuestran que el nombre que enviaste no corresponde a ninguna dirección de correo electrónico. También es posible que un usuario haya eliminado la cuenta.

2. Activa los filtros de spam

Un filtro de SPAM podría provocar picos de rebotes. Por lo tanto, ningún mensaje masivo que envíes será entregado a los destinatarios si tu dirección IP o tu dirección de correo electrónico están bloqueadas.

Ponte en contacto con el administrador del correo electrónico o con una empresa de alojamiento para resolver este problema. Si tu dirección IP o dominio están prohibidos, deberían explicarte por qué y aconsejarte que los elimines.

3. El buzón está lleno

En cada buzón se asigna una cantidad determinada de espacio de almacenamiento para los correos entrantes y salientes. Cada nueva comunicación rebotará de una vez por todas cuando se alcance el límite.

Unos días más tarde, algunos proveedores de servicios de correo electrónico podrían volver a intentar la entrega; en este caso, la situación se consideraría un rebote suave. Pero no tengas esperanzas en ello.

Si recibes alertas, intenta ponerte en contacto con los destinatarios de otra manera. Es posible que no sean conscientes de ello. Esto puede indicar que una cuenta ha sido abandonada. Por tanto, busca otro método de contacto.

4. Tu correo electrónico está bloqueado por un servidor

Los problemas de entregabilidad y el daño a la reputación de tu remitente se deben a que los servidores de correo modernos rechazan muchos correos electrónicos que sospechan que son indeseables. Aunque casi siempre aciertan al hacerlo, los filtros de spam a veces eliminan correos auténticos sin pensárselo dos veces.

Esto puede deberse a varias causas. Por tanto, asegúrate de que SPF, DKIM y DMARC están configurados, ya que una autenticación incorrecta suele influir. Además, asegúrate de que tus registros PTR están configurados y coinciden con el registro A del DNS de tu dominio.

Los ISP también tienen en cuenta los comportamientos anteriores a la hora de decidir si aceptan o no un correo electrónico para mejorar la experiencia del usuario.

Si envías correos electrónicos repetidamente, pero los destinatarios nunca se molestan en abrirlos, un servidor receptor puede acabar rechazándolos antes de que lleguen a la bandeja de entrada para ahorrarle la molestia al destinatario. También es conveniente limpiar tus listas de correo y dar de baja manualmente de forma periódica a los contactos inactivos.

Si nada de esto funciona y tus correos electrónicos siguen rebotando, puede que haya llegado el momento de buscar ayuda.

Si tienes problemas, puedes ponerte en contacto directamente con el propietario del dominio y añadir tu nombre a su lista blanca para futuras entregas. Esto aumenta tu capacidad de entrega de correo electrónico y reduce la probabilidad de que tus mensajes acaben en la carpeta de spam.

7 consejos para mejorar mi tasa de rebote de correo electrónico

(Fuente: Pexels)

1. Autentica tu dominio

Los tres métodos principales para establecer la autenticidad de tu dominio son DMARC, SPF y DKIM. Sin embargo, una encuesta de Litmus reveló que menos del 40% de las empresas completan el procedimiento de verificación.

Tu tasa de rebote de correos electrónicos disminuirá, y tu tasa de entregabilidad aumentará gracias a la autenticación del dominio. Además, evitará que los usuarios vean notificaciones de seguridad cuando abran tus correos electrónicos.

2. Segmenta tu lista

Al segmentar tu lista, los suscriptores sólo recibirán la información que necesitan y desean. También es menos probable que te baneen o te clasifiquen como spam.

Basándose en la interacción, una de las mejores estrategias de segmentación es clasificar a tus suscriptores más activos y enviarles correos electrónicos con frecuencia. Esto se debe a que han demostrado que aceptan tus correos electrónicos. Cuanto más altos sean tus índices de compromiso, más eficaces funcionarán tus campañas de correo electrónico en su conjunto.

3. Utiliza Opt-Ins dobles

Cuando alguien se suscriba a tu lista, envíale un correo electrónico de confirmación. De este modo, te aseguras de que la dirección de correo electrónico del usuario es legítima y de que realmente desea recibir tus mensajes.

4. Crea contenidos de correo electrónico atractivos

El rendimiento de tu campaña de marketing por correo electrónico depende en gran medida de su contenido. ¿Siempre compruebas tu bandeja de entrada cuando llega un nuevo correo electrónico? ¿Alguna vez abres correos electrónicos con líneas de asunto aburridas? ¿Cuánto tardas en cerrar un correo electrónico si no te gusta el diseño o las primeras frases no tienen sentido?

En pocas palabras, presta atención a la información. Asegúrate de que sea concisa, clara y directa al grano. De lo contrario, los clientes pueden empezar a marcar tus correos como spam o a borrarlos sin abrirlos, dañando la reputación de tu remitente y pudiendo bloquear permanentemente tu dirección.

5. Utiliza un buen proveedor de servicios de correo electrónico

Otra forma de mejorar la tasa de rebote de tus correos electrónicos es utilizar un buen ESP. Sin verificar primero tu lista de contactos, utilizar un ESP para una campaña de marketing por correo electrónico es arriesgado y puede provocar la suspensión de la cuenta.

Antes de lanzar tu campaña, asegúrate de volver a comprobar tu lista de correo electrónico. Reparar el daño a la reputación de tu remitente lleva tiempo, y puedes experimentar una tasa de rebote más significativa en anuncios posteriores.

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6. Evita palabras spam en tu correo electrónico

Según las estadísticas, más del 53% de los correos electrónicos mundiales son spam. Aunque es poco probable que tus correos entren dentro de este porcentaje, algunas medidas cruciales emplean los proveedores de correo electrónico para detectar el spam, y tú podrías estar haciéndolo sin saberlo.

Evita utilizar imágenes demasiado grandes o demasiado pequeñas para evitar el temido filtro de spam. Esto activará el detector de spam en alerta máxima. Más concretamente, evita utilizar las siguientes palabras

  • Venta
  • Gana dinero
  • Oferta gratuita
  • Bonificación en metálico

7. Controla la capacidad de entrega de tu correo electrónico

Aunque algo te funcione bien, eso no garantiza que siga haciéndolo. Por lo tanto, comprobar continuamente la tasa de entregabilidad de tus mensajes de correo electrónico es crucial.

Para averiguar qué tipo de material resuena entre tus suscriptores, sigue haciendo pruebas A/B con tus correos electrónicos. Observa las quejas de tus suscriptores y los informes de spam, así como tus tasas de apertura y rebote. Controlando estos datos, puedes identificar los problemas a tiempo y tomar medidas antes de que se agraven.

Gestiona hoy tu lista de correo electrónico

Los problemas permanentes de entrega son consecuencia de los rebotes duros. Por su parte, los rebotes suaves provocan dificultades momentáneas en la entregabilidad. No es tan complicado como parece en un principio, pero sigue siendo esencial.

Por lo tanto, controlar las tasas de rebote es esencial para gestionar la entregabilidad del correo electrónico. Echa un vistazo a los patrones de rebote, como qué tipos de contenido tienen más probabilidades de fallar y si algún patrón estacional afecta a la entregabilidad.

Por último, evita los discursos de ventas sobre nuevas oportunidades, los archivos adjuntos y una copia que contenga caracteres especiales y líneas de asunto.

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